viernes, 4 de enero de 2013

La noche del Rey no iba de esto




Empalagoso hasta la saciedad, Hermida mastica las preguntas como si le hablara a un idiota. Las formula de varias formas e incluso las adorna, haciendo gala de esa desmesurada retórica, tan suya. Además repite sin cesar las coletillas “su majestad” y “señor”, y las dice con un tono visiblemente forzado, como si quisiera aparentar en público el vasallaje de un súbdito que tal vez en privado no lo es.  

En este ambiente de comedieta comienza a hacer preguntas obvias, esperadas, de esas que ni siquiera hay que preparar antes, porque se contestan solas. Basta con soltar las frases al uso, ya se sabe, aliñadas con palabras mágicas como esfuerzo, lealtad, abnegación, entrega, servicio… 

Después le hace hablar del padre y de sus lágrimas en el día del entierro de éste. Un bálsamo. Luego del hijo. Más de lo mismo. Y finalmente del futuro. Suma y sigue. Y de pronto se acabó. Se acabó, sí, la charla se acabó en mitad del calentamiento. Nos quedamos como bobos mirando la pantalla.

Y aún así, hacia el final, sucede esa callada, esa mordida de lengua, a propósito de una pregunta que solo pretende ensalzar una larga trayectoria. Hablando de la lejana fecha de su coronación y de la situación en que se producía, dice el rey: “la responsabilidad que me caía de entroncar una monarquía con un… con un… con otro sistema”. ¿Evita nombrar la palabra tabú (dictadura, régimen autoritario...), o es un simple lapsus?

Por cierto, ya sabíamos que no iba a hablar del yerno ni del elefante, eso ya lo sabíamos. No somos tan ingenuos. Pero entre Urdangarín y los afectados por la inhumana Ley Hipotecaria en vigor hay muchos temas para hablar. Incluso podrían haber hablado de política, que ya se puede. Pero no, la entrevista al Rey no iba de esto.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Carrera ciega de ministros listos

Da la impresión de que existe una carrera ciega, como de gallinas descabezadas y con meta incluida, entre algunos ministros del gobierno español. Economía, Hacienda, Justicia, Educación… ¿Quién la ganará? 

Si anteayer era De Guindos el que la mandaba, seguido muy de cerca por Montoro, hoy los primeros puestos los disputan Gallardón y Wert. Si uno se desboca a propósito de un proyecto de ley que recibe críticas desde todas las direcciones, el otro le remonta con alguna declaración pasada de rosca. Lo importante es adelantar al otro.

En casi todos sus proyectos el Ministro de Justicia ha tenido que balbucear excusas simplonas para defender ciertos artículos, alejados de la realidad social, que solo favorecen su camino dentro del partido. Y hace solo unos días tuvo que inventarse unas exenciones que rayaban la ridiculez para justificar lo injusto de una ley de tasas judiciales que pretende imponer por igual a ricos y a pobres. 

Ahora, ayer mismo, el Ministro de Educación vuelve a tomar la delantera con el anuncio de lo que será el sistema educativo que nos quiere colar. Un sistema en el que renacen las viejas ideas de patria y dios. Solo uno, en un estado aconfesional y laico. No sé si volveremos para atrás porque no sé si Wert será capaz de tanto. Pero lo importante para él ya está hecho. Ha dado en el clavo, y ya corre destacado. 

¿Quién será el próximo? Asustado estoy.

sábado, 27 de octubre de 2012

Ciudadanos hipotecados



Ya ha sucedido. Ahora el partido que gobernó hasta no hace mucho se lamenta por no haber actuado y el que gobierna dice que ya está actuando. (Lo que ha hecho es elaborar una normativa de buenas prácticas que a lo más que llega es a la recomendación de agotar todas las vías antes deproceder al desahucio, y a la que “voluntariamente” se puede adherir el banco de turno).

Pero lo cierto es que se sigue aplicando una ley que echa de su casa al que no puede pagar la hipoteca y no por eso queda cancelada la deuda. No importa que esa ley esté caduca y que no responda a una realidad herida de muerte por la crisis económica. No importa que la responsabilidad de las concesiones hipotecarias están cuando menos compartidas entre prestamista y prestatario. No importa que para sanear las pérdidas de la banca el estado aporte dinero público.

Para cambiar la ley que hace posible este drama social hace falta voluntad política, valentía para enfrentarse al poder económico y sensibilidad para ponerse en la piel de los ciudadanos que pierden su trabajo, su casa y su vida. 

Poner fin a los desahucios debería ser una obligación para nuestros dirigentes y no una recomendación que emane de ellos. Y si ellos no lo entienden así, los ciudadanos debemos hacer que lo asuman. Presionemos desde todas las instancias. Ya está bien, pongamos fin a los desahucios. Tenemos hipotecada nuestra casa, pero no somos ciudadanos hipotecados ni vivimos en una sociedad de mierda. ¿O sí?

miércoles, 24 de octubre de 2012

Las mentiras de los políticos



Malcolm McDowell en una escena de "La Naranja mecánica"
Ya que el Ministro de Justicia quiere pasar a la posteridad como el mayor reformador del sistema jurídico español, digo yo que podría introducir alguna modificación en el Código Civil para que se castiguen, por ejemplo, las mentiras públicas de los políticos. Quizás de ese modo se ponga freno a las numerosísimas afirmaciones gratuitas y a tanta falsa promesa. Si esto llegara a suceder la lista de condenados sería inacabable.

No voy a empezarla, no daré nombres. Pero como estoy seguro de que el actual Ministro de Hacienda no tardaría en aparecer en ella, se me ocurre cual podría su castigo. ¿Recuerdan aquella escena de la película “La naranja mecánica” en la que aplican al protagonista un tratamiento de modificación de conducta consistente en obligarle a ver imágenes de gran violencia mientras suena música de Beethoven?

No quiero ser cruel con el ministro, pero no estaría de más que se tuviera que ver una selección de vídeos donde aparece él mismo diciendo una cosa hoy y la contraria mañana, con la misma cara (dura) y el mismo gesto de superioridad que muestra en todas sus comparencias, sea a través de esa sonrisita que no consigue reprimir o de ese acometer descalificador que aplica a quien se atreve a desdecirle. Lo que no acabo de ponerle es la música. ¿Alguna idea?

jueves, 18 de octubre de 2012

En casa y con la boca cerrada


No me gustan ni el bipartidismo ni las listas cerradas ni las circunscripciones provinciales, productos de unas leyes que ninguno de los alternantes en el poder pretende cambiar. A ellos les va bien. Pero me gusta que haya alternancia pese a que tengo mis preferencias. Así que no me doy golpes en el pecho cuando gobierna el partido que menos me atrae. Lo acepto como algo natural.

Sin embargo hay estilos, y unos se me hacen más soportables que otros. Prefiero la humildad del que se equivoca y lo asume a la soberbia del que yerra y arremete contra quien lo señala. Prefiero las lágrimas del que se disculpa a las risas chulescas del que lo niega todo. No me gusta el cinismo de la mayoría de los políticos, me molesta el doble uso que hacen de la palabra democracia, me revienta que conviertan la mentira en justificación, la vergüenza en arrogancia, la decisión en excusa, el silencio en aprobación y la resistencia ciudadana en delincuencia. Hay políticos que dan asco.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Pobre desagravio


Tengo la puñetera costumbre de ver los telediarios. Y no porque quiera estar informado, que para eso ya leo la prensa escrita, sino porque me desahoga mucho poderles decir lo que pienso, y en su cara, a quienes aparecen hablando en la pantalla. Sí, les hablo y les digo cuanto se me ocurre en ese momento, sean periodistas presentadores, entrevistadores, redactores o corresponsales, sean personas entrevistadas, personajes que ofrecen ruedas de prensa o afectados, interesados y testigos de las noticias.
Suelo preguntarles con ironía y mala leche, suelo también reprocharles conductas, comportamientos y actitudes, suelo interrumpirles e increparles y reconozco que incluso a veces se me escapa algún insulto. Bueno, a veces no, a diario y a montones, la verdad. Pero lo cierto es que después me quedo mejor, mucho mejor. Es así. De manera que esos tres cuartos de hora que coinciden más o menos con la comida de mediodía se han convertido para mí en una especie de acto de pobre desagravio. Y es que hay tanto cinismo recogido y concentrado en esos telediarios (un fiel reflejo de nuestra sociedad y solo eso) y tanta cólera interina contenida en mi cabeza que basta con que empiece a escuchar la sintonía para que se pongan en marcha los mecanismos de la reparación. Luego ya todo funciona como un perfecto engranaje automatizado. Bankia. ¡Qué asco! ¡Será posible! FMI. Delincuentes. Gobierno. ¡Una mierda! Prima de riesgo. ¿Pero qué dices tú, ladrón? ¡Cabrones! Recibo de la luz. Y así sucesivamente.

viernes, 13 de julio de 2012

Estamos jodidos

En el Consejo de Ministros de hoy se aprobarán las nuevas medidas de recorte contra los ciudadanos en general y contra los más pobres en particular. Los mineros en Madrid, intentando que sus comarcas no acaben sucumbiendo al desempleo general, y los parados hundiéndose más en la miseria. Los populares que nos gobiernan, a lo suyo. Todos cumplen muy bien con sus obligaciones. Todos son serios, trabajadores y muy patriotas. ¡Que majos! Lo que ayer era un crimen de estado hoy es un deber. La reforma socialista de mayo del 2010 fue solo una avanzadilla, y entonces no solo la criticaron sino que no la apoyaron en virtud del doble juego político y rastrero que tan buenos resultados les da. La oposición (léase PSOE) está desaparecida. La actitud comprensiva y casi conciliadora de Rubalcaba el miércoles en el Congreso, que ha creado muchas divisiones entre las propias filas socialistas, fue recibida con felicidad por Alfonso Alonso, porque por fin, dijo, han reconocido que nos han dejado una mala herencia. ¡Que se besen! Esa es su principal excusa. Pero para cubrir tanta contradicción estos días se tienen que sacar de la manga muchas más. Parados que no buscan trabajo. Que se jodan. Firmado: Andrea Fabra. Empresas que reciben mucho dinero para sanear, dinamizar o reestructurar el sector y se lo gastan no se sabe donde. José Manuel Soria en El debate de la 1, sobre las empresas mineras. Son solo los últimos ejemplos. Sin embargo la eliminación de cargos, asesores, secretarias, coches oficiales, dietas de alta gama solo por ser quien se es sigue sin aplicarse de una manera seria en todas las administraciones y entidades públicas, mientras que los ciudadanos vivimos apretados, acongojados y enrabietados.
Los ciudadanos sin prebenda estamos jodidos. Da igual que seamos parados o no. Sí Lady Fabra, jodidos. Y para más inri tenemos que seguir oyendo a diario toda esa palabrería de excusas llenas de soberbia para negar hoy lo que defendían a muerte ayer. Montoro, altanero en su torre, dando lecciones de todo y a todos, diciendo cada día justo lo contrario de cuanto ha dicho el día anterior. Cospedal. María Dolores. ¿Qué te hemos hecho? ¿Qué te debemos? Un poquito de humildad, por favor, aunque solo sea un poquito. Solo así podremos entender lo que sucede en los mercados, que son ahora los dueños de la verdad. Basta mirar las cifras para comprobar que, incluso hoy, con todo lo que están removiendo desde el gobierno, los que prestan el dinero que necesitamos como estado no han recuperado la confianza (prima de riesgo a 551 puntos, 10:20 horas, viernes 13 de julio de 2012) en el Reino de España. Tal vez porque lo ven como yo. El reino de la soberbia, un país donde lo único que importa es quedar siempre bien, y que para ello ha elevado la ocultación y la mentira al máximo rango como valor social, gracias a que se sustentan en la confrontación política bipartidista que garantiza el apoyo incondicional de la mitad de la población. Así nos va.